Viva
Me gusta México. Siento por México un tirón afectivo, pero además podría razonar, creo que con buen criterio y argumentos de peso, el interés y las razones profundas por las que México es un gran país, un país en el que se vive con intensidad, un país nada anodino. Y cuando hablo de razonar hablo de dar razones en las que se sustenta mi forma de pensar, no de sentimientos, que son irracionales, y que son, por demás, en los que se sustentan los pensamientos nacionalistas. Así que México, queda claro, es para mí uno de los paraísos de esta tierra y por eso, cuando vi en la librería la novela (o lo que sea), de Patrick Deville, la titulada Viva, entré y la compré. Para colmo, además, en la portada del libro aparecían unos personajes con pinta de tipos clandestinos y un bonito cactus y una planta de agave: Más México o mucho México. El libro prometía. Y otra promesa para el posible lector aparecía en la faja con la que la editorial intenta engatusar a los posibles compradores: “En el tumultuoso México de la década de 1930 se concentra un casting fabuloso: Malcolm Lowry, Trotski, André Breton, Tina Moldotti…” Este es mi libro, me dije. Y me equivoqué porque de los cientos de nombres de personajes, lugares y títulos de libros que aparecen en él ninguno es el eje de la narración (no sé Trotski) y ninguno protagoniza ni una historia ni una hazaña ni una anécdota personal con un principio, un desarrollo y un desenlace y así uno (el lector) se pierde. Empecé leyendo con atención y terminé pasando páginas. Esta es la historia. El libro, no obstante, contará con lectores apasionados por el panorama abigarrado que narra y por las pinceladas sueltas que aparecen y por la lista de personas, sin duda cruciales para México por aquellos años, que se citan y que tienen papeles o historias fugaces en la narración. Pero al fin, historias. Y aunque les parezca contradictorio, añado que yo lo recomendaría vivamente a los mexicanos interesados por la cultura y los avatares convulsos y apasionantes de su país. Les encantará y descubrirán otro México, o una trastienda de México. Es un libro para sentir y paladear lo que se cuenta en él. No es un libro para trazar una red tupida de relaciones que aclaren la historia, toda la historia de todo y de todos y cada uno de los protagonistas. Y es un libro con documentación y documentado, tanta que a veces el bosque no se ve por culpa de los árboles.
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