España cañí
Ya he dicho que llevo una temporada descangallado, decepcionado y por eso, tal vez, recupero libros y lecturas del pasado. Hoy le toca a España cañí de Francisco Umbral. El libro es de 1975, año en el que general Franco ya no pintaba nada en España, pero el libro recoge artículos publicados por Umbral en la prensa en la etapa reciente, pero anterior.
La España cañí o España gitana, literalmente interpretado el término “cañí”, aporta una mirada aguda, inteligente y ácida a veces de aquella España, pero no es un libro que se pueda incluir en la que fue la leyenda negra anti española.
Si quisiera, que no quiero, hacer un resumen en pocas líneas del libro, perecería en el intento. Quiero, eso sí, citar unos cuantos textos y ponerles alguna apostilla y ya está. Empiezo.
“Don Gonzalo Fernández de la Mora recibe a Fraga con una artículo donde dice que los partidos políticos son el mal de la democracia y que están siendo los liquidadores del Estado demoliberal. A lo mejor Fraga coge su fusil dialéctico y le contesta al señor Fernández de la Mora.”
Umbral creo que escribió esto para ironizar y poner de relieve que el señor Fernández de la Mora pertenecía al “crepúsculo de las ideologías”, pero la afirmación, libre de nombres propios, es altamente elocuente, sobre todo cuando estamos viendo que muchas veces los partidos políticos se comportan como un caladero de pesca para sus propios afiliados. Y el país no cuenta.
“Parece que lo que tienen los políticos es vocación de desplegable. Lo que les gustaría es vestirse o desnudarse de conejitos y leotardo para enseñar el «muslamen» a toda página. Los políticos, antes, escribían sólo en el Boletín Oficial, que es su sitio, pero ahora prefieren las revistas del corazón y del glúteo, porque el Boletín no lo lee casi nadie, ni lo leerán mientras no se decida a dar «gachises”
El problema no es que casi nadie lea el Boletín, es que el Boletín ni interesa ni se entiende y de ahí que los políticos tengan que andar soltando la verborrea, su autopropaganda y gastando lo que es del pueblo para convencer al pueblo y por eso revistas de conejitos y cacareo.
“Si se cierra la Televisión por falta de material humano, tendremos unos días de respiro, y el telón mágico de la pequeña pantalla, la ficción plateada de la “tele”, dejará de ocultarnos la realidad de España y veremos las cosas más claras.”
Todo sigue igual. La mayor parte de la cultura, de la sabiduría del pueblo, de nuestro pueblo, es la de la “tele” y la “tele” dice lo que interesa que se diga a quien está en ese momento en el poder, es decir la “tele” no dejar ver “la realidad de España”. Aparato, por tanto, diabólico.
“Estoy leyendo algunos escritos políticos de Bataille, de su época más comprometida, y me parece que, como todos los intelectuales, era demasiado idealista en política, creía de una manera mística en la fuerza del pueblo puro y a solas, levantado contra todo.”
Las cosas siguen igual, o peor. Estamos viendo cómo algunos intelectuales y partidos políticos que presumen de reunir profesores y sabiduría en sus filas son como el péndulo, unas veces están el idealismo y la mística del pueblo y otras se van a la demagogia, a masacrar al pueblo y ellos a vivir y a gozar sin escrúpulos.
“Del mismo modo que entra en vigor la prohibición del uso del fuel de tipo pesado, debe prohibirse el uso de las ideologías de tipo pesado –marxismo, socialismo y otras-, que también contaminan mucho cuando arden en la combustión de las buenas pipas contestarías del pub.”
Esto anterior lo escribió Francisco Umbral, no Francisco Franco, ni Fernández de la Mora. A leer, por lo tanto y a abrir los ojos, los de la inteligencia, que hay muchos profetas por el mundo vendiendo mercancía averiada.
José María Fernández