Lección de anatomía.
La novela de Marta Sanz titulada La lección de anatomía es una novela interesante, pero peculiar porque es distinta de la mayoría de las narraciones al uso. Dicen algunos que han escrito de ella que es una novela en la que una mujer se desnuda física y psicológicamente para que los demás la contemplen; dicen que el cuerpo de esa mujer es el soporte del texto, el de la propia biografía y dicen que lo que se cuenta se hace con sentido del humor y sin pudor. Todo esto y más dicen y tal vez sea verdad, pero a mí me parece que es una novela compuesta de la suma de una serie de cuadros de costumbres, pero no de personas ajenas sino de uno mismo, es decir de la protagonista: cuadros en los que se relata toda su vida: cómo era, cómo se desarrollaba su personalidad, con quiénes se relacionaba, quiénes eran sus familiares, cómo se llevaban con ella y con sus padres, cuáles eran sus amigas, cómo se comportaban, en qué sitios vivió y cómo se encontró en cada uno. En fin, todo lo que hizo, dijo y pensó.
Hace años leí un manual de psicología evolutiva y dejó huella en mí porque a veces me parecía cursi (lo de que a no sé qué edad el niño se chupa el pulgar, a no sé qué otra intenta saltar de la cuna y a otra poco menos que tasada y concreta canta ópera), pero también me parecía una forma ingeniosa e interesante de saber cuál es la evolución estándar o típica de cada uno de nosotros. Y esta novela, a veces, me parecía este manual de psicología, pero bien escrito y más interesante porque cuenta quién fue la protagonista, con quiénes se topó en su vida y cómo se relacionó y salió a flote: algo más humano y menos académico. Insisto. En la novela hay tres partes (Vallar el jardín, Los gusanos de seda y Desnudo), es decir infancia, juventud y madurez. La evolución de la persona desde su edad tierna hasta la plenitud.
Lo anterior dicho como una mirada de conjunto, pero al lector, a mí, también me interesaron algunos asuntos que se narran o aparecen aludidos en la misma, tal la ingeniosa y exhaustiva descripción de la ciudad de Benidorm con lo peculiar y variopinto que hay en ella, espejo además de lo que hay y se hace en la mayoría de los lugares turísticos; un apartado titulado “Pedagogía moderna” en el que se pitorrea literalmente de determinados métodos de la pedagogía; el dedicado a la universidad que tiene parecido interés y frescura que el de la pedagogía; las páginas que discurren entre la 295 y 296 en las que habla con sorna de cómo fue y cómo actuó el tribunal que juzgaba su tesis doctoral, es decir, el pasteleo, es decir, algo que deberían leer y tomar nota algunos profesores universitarios.
Psicología evolutiva y dedo que apunta críticamente. Más que lección de anatomía.
José María Fernández
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