Para acorralar a quienes no leen.
(De José María Fernández).
Hace muchos años leí con devoción la Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea 1914-1970 preparada por José Olivio Jiménez. Después vino Poesía negra de América de José Luis González y Mónica Mansour y más tarde (o más recientemente) la Obra poética 1920-1972 de Nicolás Guillén, dos tomos publicados por la Universidad de Guadalajara en México y antes aparecidos (1972) en el Instituto Cubano del Libro. En los tres estaba el poema titulado “Sensemayá” (Canto para matar a la culebra). El “Canto para matar a la culebra”dice que hay darles ya; y el “dale ya” me trajo a la mente lo que yo creo que debería hacer cualquier Presidente del gobierno español que se precie de tal: Darles ya. Presidente Mariano, presidente Sigerico, presidente Sisebuto, o quien sea: Dales ya. Dales ya a las autonomías o te dan ellas a ti. Y que te den ellas a ti no me preocupa, allá tú y ellas. Lo que me preocupa es que si no les das nos dan ellas a todos los españoles, a los ciudadanos normales, a ti, lector, y a mí que trabajamos y luchamos cada día. Porque las autonomías son la bicha. Están arruinando España y son el nicho donde se refugian los nacionalistas y los nacionalismos. Dales ya, Presidente.
Nicolás Guillén es el autor del poema al que me he referido y que se titula “Canto para matar a la culebra.” Es el canto para dar a la culebra como dice el poeta, pero también para dar al despilfarrador invento de las autonomías y para dar a quienes no leen, a quienes no actualizan su cultura cada día y se quedan con lo que estudiaron cuando eran jóvenes.
¡Mayombe–bombe–mayombé!
¡Mayombe–bombe–mayombé!
¡Mayombe–bombe–mayombé!
La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un pato,
con sus ojos de vidrio.
La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.
¡Mayombe—bombe–mayombé!
¡Mayombe–bombe–mayombé!
¡Mayombe—bombe–mayombé!
Tú le das con el hacha, y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!
Y sigue el poema. Y al final dice que la culebra se murió.
Ya está, Presidente, que o les das tú y las matas o te matan las autonomías a ti y contigo a los españoles todos. Dales ya. Que un Estado así, con 17 miniestados y con leyes y normas hechas a su medida y conveniencia y con muchos sujetos instalados en las poltronas autonómicas intentando desmantelar España no es de recibo. Que esto, por más constitucional que sea, es absurdo.
¡Qué cosa!
Tú les das con el hacha, y se mueren: ¡dales ya!
¡Mayombe—bombe–mayombé!
Y cuando hayas acabado con las autonomías, ese invento funesto, empieza con la educación. Porque hay que dar (dar al traste) con los profesores, sobre todo con los profesores universitarios, que no leen un solo libro desde que acabaron la carrera.
Tú les das con el hacha, y se mueren: ¡dales ya!
Sin lecturas, sin puesta al día, la enseñanza es un rosario de fórmulas repetitivas. Dales a los que no lean. Dales a los que no innoven. Dales a los que no se apunten a los progresos, a las nuevas tecnologías. Dales, me atrevería a decir, a los que no estén al día, a los que no perfeccionen su español para hablar con propiedad desde su cátedra. Lecturas y Smarttext y sino ¡Mayombe—bombe–mayombé!
De José María Fernández