La monja y la princesa
Juan Manuel de Prada es uno de los escritores españoles contemporáneos que mejor maneja con audacia y precisión de reloj suizo el lenguaje. Su prosa y su imaginación creadora me parecen dignas de encomio. Juan Manuel acaba de publicar la novela titulada El castillo de diamante, una novela en la que, durante el reinado de Felipe II, dos mujeres extraordinarias, Teresa de Jesús y Ana de Mendoza, princesa de Éboli, se abren paso y destacan en unas circunstancias nada fáciles y aunque terminan enfrentándose abiertamente, aspecto que ocupa mucho espacio en la novela, el lector que no caiga en paladear las batallas y disputas que libran, tendrá la sensación de haber disfrutado de buenas páginas de historia novelada de la época y de haberse acercado y profundizado en la personalidad de dos personas que son, cada una a su manera, dignas de encomio.
El novelista además, ya concluida la novela, en los agradecimientos y advertencias, se sincera y nos da la clave y la argamasa con la que edificó su novela, la “tradición de raigambre española”, es decir, el aliento de la “novela picaresca, el esperpento valleinclanesco y el humor cervantino”; sobre todo, nos dice, “los constantes guiños al Quijote” porque “el quijotismo es el rasgo que mejor define a los españoles, también en su espiritualidad”.
Como lector también destacaría –y doy una pista a quienes lean la novela- la religión en la época y sus variadas formas de manifestación ortodoxas y heterodoxas y cómo todas ellas estaban íntimamente ligadas por la fidelidad, el amor, el odio, las zancadillas y el apoyo mutuo con la política de la época, según los casos y los intereses en juego.
Y ahora, como lo que escribo aquí no tiene que someterse a estereotipos, en lugar de seguir por el camino de la reseña del libro voy a dar mi opinión de o sobre cuáles son las mejores novelas de Juan Manuel de Prada, mejor dicho cuáles son las que más me gustan. En un blog sobre el español (o para perfeccionamiento del español) lo importante es ir orientando sobre lo mejor en cada caso. Digo, por lo tanto, que a mí me encantó Las máscaras del héroe porque narra con descaro cómo fue y quiénes construyeron el entramado literario de los segundones que pululaban por las redacciones, editoriales, tertulias y cafetuchos de la España del primer tercio del siglo XX. Aprendí mucho y disfruté mucho más con su lectura. Desgarrados y excéntricos también está en la misma línea, pero como novela, documentada, seria y que te hace reflexionar sobre ideologías, pensamientos, política y comportamiento de los hombres en situaciones complicadas destaca la de El séptimo velo.