Romance de Abenámar.
Al hablar del Romance del prisionero ya dijimos algo sobre el origen de gran parte de los romances tradicionales, sobre la métrica y sobre los temas más frecuentes en los mismos. No lo repetimos aquí.
El que ahora nos ocupa, el Romance de Abenámar, viene clasificado por los estudiosos y eruditos en la materia como romance histórico porque piensan que se refiere al encuentro de rey Juan II durante la campaña de Granada de 1431 con el moro Abenámar, personaje desconocido o no identificado. Y precisamente la historicidad, el halo de misterio, los hallazgos literarios del mismo, la agilidad narrativa y el escenario granadino han hecho de él uno de los más conocidos y recitados.
Vamos a transcribirlo:
-¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que diría:
-Yo te la diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía
que mentira no dijese,
que era gran villanía;
por tanto pregunta, rey,
que la verdad te diría.
-Yo te agradezco, Abenámar,
aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquellos?
¡Altos son y relucían!
-El Alhambra era, señor,
y la otra la mezquita,
los otros los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra,
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,
huerta que par no tenía,
el otro Torres Bermejas,
castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan, bien oiréis lo que decía:
-Si tú quisieses, Granada,
contigo me casaría;
darete en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.
-Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.
Este precioso romance lo estamos preparando para incorporarlo en una nueva versión de la App SmartText. Explicaremos la estructura temática y preguntaremos por los versos que abarcan cada una de las partes. El lector podrá comprobar así el progreso en la adquisición de la lengua española. Señalo aquí, a modo de avance, las cuatro partes que lo integran:
1.- Origen del moro Abenámar adornado con el ardid laudatorio hacia su persona para que la información que dé sea veraz.
2.- Respuesta y afirmación del moro de su honradez y el porqué de la misma.
3.- Datos e información del diálogo entre el moro y el rey.
4.- Belleza de Granada seguida de una hipérbole matrimonial que no puede llegar a buen término porque Granada tiene dependencia moruna.
Quede, por lo tanto, para el lector del blog de Smarttextapp.com la belleza del romance y el boceto de análisis temático.
José María Ferández